Una pasada por el congreso de altruismo efectivo en EEUU

Una pasada por el Congreso de Altruismo Efectivo

 

Estuvimos en el congreso de Altruismo Efectivo. En esta entrada del blog queremos compartir algunas reflexiones sobre lo que aprendimos y sobre el trabajo que tenemos por hacer.

 

Primero, este congreso estuvo liderado por el grupo de Altruismo Efectivo de Boston. Un grupo compuesto prioritariamente por universitarios (Harvard, MIT) de carreras STEM (ciencias naturales, tecnología, ingeniería y matemáticas). Todos en sus primeros años de doctorado. La mayoría investigando temas de inteligencia artificial y convencidos de que el problema más importante a resolver por la filantropía de alto impacto es el riesgo de que la inteligencia artificial se salga de control. Varias películas en Netflix describen sus peores pesadillas.

 
Hay mucho capital humano por aprovechar en esta comunidad. Fue una experiencia maravillosa ver a estos veinteañeros alucinados por la física y la filosofía, y reflexionando sobre las mejores formas de hacer el bien. Sin duda, una generación esperanzadora. De ahí saldrán varios emprendedores, algún premio nobel, artistas futuristas, y muchos inversionistas de alto impacto social.
 

Entre estas lumbreras, varios mexicanos interesados en la inteligencia artificial. Hubo uno en particular que reivindicaba el potencial de la tecnología para hacer el bien. El bien en doble vía. Primero, para sacar a miles de jóvenes de la vulnerabilidad económica y social en la que viven, y segundo, para innovar en la filantropía. Decía él que aprender programación no requiere ninguna educación formal, mucho menos pasar por las escuelas costosas donde él mismo estudiaba. Y esta conversación nos puso a repensar y redimensionar el rol que está jugando Platzi en la región. El bien en doble vía. Muy emocionante.

 

Segundo, hay un interés muy reducido en los problemas de superación de la pobreza y salud global. Solo 5 personas asistieron a la charla que dió el profesor Richard Cash de la Escuela de Salud Pública de Harvard, pionero en la terapia de rehidratación oral que se estima ha salvado 60 millones de vidas. Antes que una oportunidad perdida, este desinterés por la salud global y la superación de la pobreza son una oportunidad de oro para que nosotros en América Latina tomemos la posta.

 

En una revisión de literatura que hicimos en 2020 encontramos que el porcentaje de personas afectadas por parasitosis en una comunidad periférica de Cartagena es mayor que en las zonas priorizadas por Evidece Action en India y África para sus exitosísimos programas de desparasitación. Por lo tanto, si visibilizamos esta situación, es razonable aspirar a que los programas de salud global más costo-efectivos del mundo empiecen a mirar a América Latina como un nuevo destino para asegurar máxima costo-efectividad.

 

Las grandes intervenciones de transferencias no-condicionadas tampoco están mirando en nuestra dirección. Sus principales focos de interés están en África y Asia, y dentro de estas regiones, en los países pobres más poblados, pues aseguran que el impacto de sus transferencias llega a más personas en sociedades más pobladas. En estas condiciones es difícil que organizaciones como GiveDirectly se fijen en la región (pues nuestra población no es tan grande). Sin embargo, sí nos queda como enseñanza que hay que seguirle la pista a GiveDirectly y Wave, entre otros, que usan innovaciones para ubicar a las personas más pobres de una comunidad, logrando estimaciones de niveles de pobreza incluso mejores que las que permiten las encuestas de hogares.

 

Tercero, hay mil cosas por hacer. Queremos ayudar a crear grupos universitarios de altruismo efectivo, ojalá financiados y con una agenda de investigación clara. Dentro de esa agenda, tenemos que caracterizar el mercado de la filantropía en América Latina: quién dona, cómo dona, a dónde dona, por qué dona? Hace poco vimos que Argentina ha dado pasos en una dirección similar con un estudio sobre inversión social privada titulado “Cuánto, dónde y en qué”.

 

Pero también queremos ayudar a reinterpretar los contornos del Altruismo Efectivo a la luz de América Latina: cuáles son nuestras causas urgentes? cuáles son nuestros riesgos existenciales? se puede ser altruista efectivo haciendo donaciones a causas no-urgentes (la calidad de la democracia, por ejemplo)?

 

Creemos también que hay mucho campo teórico por desarrollar. En el congreso vimos la presentación del profesor Joshua Green, que estudia los mecanismos cognitivos del pensamiento moral, y mostraba como no podemos aspirar a tener unos filántropos perfectos, de la misma forma que no aspiramos a ser personas perfectamente racionales. Por lo tanto, ampliar el número de filántropos se hará con una combinación sutil de ofrecer causas locales (aquellas que estén a la vista del filántropo, así no sean las causas más urgentes ni las operaciones más costo-efectivas), al tiempo que se van explicando las ideas de máxima efectiviad y se exponen los casos de las organizaciones que más vidas salvan por dólar invertido. Con el tiempo, demostraba el profesor Green, el monto total invertido en la filantropía, con esta combinación de causas locales y causas de máxima efectividad, crecerá, imprimiendo cada vez mayor impacto. Hay optimismo.

 
 
The Psychology of (In)Effective Altruism
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En las próximas entradas seguiremos reflexionando sobre las formas del Altruismo Efectivo en la región. Gracias por leernos.

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